Reposted by Fefa Vila
Hacer memoria es un acto político. Rescatar la historia y la experiencia colectiva de la disidencia sexual no es un simple gesto: es un compromiso con la democracia. Hoy y siempre Orgullo, memoria, organización y lucha. Ni un paso atrás.
July 5, 2025 at 8:24 AM
Hacer memoria es un acto político. Rescatar la historia y la experiencia colectiva de la disidencia sexual no es un simple gesto: es un compromiso con la democracia. Hoy y siempre Orgullo, memoria, organización y lucha. Ni un paso atrás.
Reposted by Fefa Vila
Trenzaron su activismo en una comunidad de movimientos afines (obreros, sindicales, feministas o antimilitaristas), siempre conscientes de que la suya era también una lucha de clase.
July 5, 2025 at 8:24 AM
Trenzaron su activismo en una comunidad de movimientos afines (obreros, sindicales, feministas o antimilitaristas), siempre conscientes de que la suya era también una lucha de clase.
Reposted by Fefa Vila
A partir de los años 90 surgieron colectivos como la Radical Gai o LSD que recogían el testigo de movimientos internacionales como ACT UP, Queer Nation o Lesbian Avengers. Trabajaron desde la autogestión y la acción directa.
July 5, 2025 at 8:24 AM
A partir de los años 90 surgieron colectivos como la Radical Gai o LSD que recogían el testigo de movimientos internacionales como ACT UP, Queer Nation o Lesbian Avengers. Trabajaron desde la autogestión y la acción directa.
Reposted by Fefa Vila
A mediados de los 80 la pandemia del VIH/sida golpeó duramente a la comunidad. La respuesta institucional fue lenta, y profundamente homófoba. De la pasividad e indiferencia del Gobierno frente a la crisis del sida nació una nueva oleada de activismo LGTBI.
El activismo olvidado que ocupó sin armarios la calle cuando estaba prohibido
Desde la primera manifestación LGTBI en 1977, la memoria del movimiento ha estado marcada por dos líneas de activismo: los colectivos más institucionalizados y los grupos
www.eldiario.es
July 5, 2025 at 8:24 AM
A mediados de los 80 la pandemia del VIH/sida golpeó duramente a la comunidad. La respuesta institucional fue lenta, y profundamente homófoba. De la pasividad e indiferencia del Gobierno frente a la crisis del sida nació una nueva oleada de activismo LGTBI.