Habla de ello Diana Rubio y, como bien indica, se ha convertido en una costumbre no escrita de la política sueca: «más que protocolo, es un símbolo: la política necesita que todos rememos en la misma dirección para llegar a buen puerto».

A lo largo del tiempo, se han subido al bote desde líderes de la oposición sueca hasta figuras internacionales como Willy Brandt o Angela Merkel.

Iniciada en 1953 por el primer ministro Tage Erlander en una visita de Nikita Jrushchov, busca proyectar una imagen de cooperación informal entre adversarios o aliados.

Otro estudio, de Jordi Muñoz, Eva Anduiza y Aina Gallego en la UAB reveló q una trayectoria política positiva por parte del corrupto aumenta en 14 % la probabilidad de que sea votado de nuevo, y q la estrategia del partido de negar públicamente los hechos incrementa un 10% ese apoyo.

Según un estudio, 2.540 personas, de Fundación “la Caixa” y la Universidad de Barcelona, la corrupción reduce el apoyo en torno a un 5,5% del voto.

Los perfiles más proclives a “perdonar” la corrupción (Chandan, 2023) incluyen a personas con estudios superiores, votantes con mayor poder adquisitivo y a hombres. También entre votantes ideológicamente polarizados.

A ver si la izquierda de verdad es eficaz en la unidad y consigue una alianza, sin egos, y con resultados para frenar a la derecha y al fascismo.

Deprime comprobar como casi toda la clase política piensa antes en su táctica y estrategia política que en las necesidades, demandas y peticiones de la sociedad.

¿Cuándo va a cambiar está deleznable manera de entender la democracia?

Al autócrata de Trump le da igual. Su acción de deportaciones violentas, ilegal e inhumna le da apoyos para lanzar su tercera e ilegal legislatura. EE UU vive en los prolegómenos de un golpe de Estado instigado desde el despacho oval.