Tengo el jarabe en el escritorio y de vez en cuando le lanzo una mirada de odio.

Por un lado me falta algún tipo de unidad de medida del moco para saber si tengo muchos o pocos, y por el otro, no sé quién se tomaría un medicamento para "un poquitín de tos y algún moco".

Y puestos a maldecir, otro saludito a toda la gente que venía en la 102, en la que ni una sola persona ha sido capaz de darle al botón por mí al verme saltar diez segundos en una guagua en marcha.

En Tenerife hay sitios en los que ves más iglesias evangélicas que colegios públicos.

Además tengo puesta esta imagen de estado en WhatsApp y me hace gracia pensar que pueda haberla visto al entrar a escribirme.

Un poco así me quedé yo, sí xD.

Al subir a la guagua una señora me abofeteó insistiendo en que yo era su hija, aunque yo la miraba con cara de susto intentando explicarle que no.

Todo lo que tiene que ver con los tarros en la tradición es fabuloso.

Tuve que darme de baja de Jazztel hace siglos y me costó tres semanas de cinco horas al día de llamadas y dos ataques de ansiedad. Una y no más.