Si lo que se provoca es un bostezo tan grande que de puro desencajar mandíbulas se convierte en arcada, lo mejor es guardar un respetuoso y educado silencio.
Si lo que se provoca es un bostezo tan grande que de puro desencajar mandíbulas se convierte en arcada, lo mejor es guardar un respetuoso y educado silencio.