Y ahora resulta que no hay taquillas. Parece que no las abren desde la pandemia. Si las hay, desde luego no las he encontrado. Atocha es un lugar muy triste.

Lo de pagar por mear: vale, entiendo que ahora los servicios están más limpios y huelen mejor, pero ya no son para todo el mundo. Los wáteres públicos están escondidos y sólo para viajeros.

Sobre la comida y la bebida: todo son franquicias. Hay muchas y no están mal, pero no es que sean gran cosa. El problema es el de siempre: no estás pagando a un señor de Madrid que puso un bar en la estación, sino que tu dinero va a saber dónde y el que trabaja allí tendrá un sueldo miserable.

En relación con el asiento, la falta de lugares de preocupante, tanto dentro como fuera. No está bien que la mayor parte de sillas se asocie a los lugares para comer.

Un viajero necesita cuatro cosas: sentarse, comer y beber, mear y dejar las maletas en alguna parte.

si muchos ciudadanos lo pasan mal actualmente con sueldos estrangulados y con #vivienda de mala calidad, entiendo que su prioridad sea votar menos impuestos y dejar la justicia social para otro día.

No estoy de acuerdo. EL eslogan de “al #fascismo se le para con más derechos” no es lo que hemos visto en las elecciones en EEUU. Quizás sólo seamos unos egoístas que primero queremos asegurar nuestro bienestar y, una vez asegurado, comenzar a pensar en el bien de los demás.

Más viejo y más rebelde. Todo va justo como quería.

Dejando aparte estos números, me pregunto si esta medida tan impopular tendrá algún tipo de consecuencia en el voto. ¿Los mutualistas de MUFACE que no eligen Seguridad Social votan a la derecha?