A mí me parece que La Nacion está recuperando el suyo, con un trabajo balanceado, desapasionado, sólido y sin hígado. Felicitaciones también a Natasha Cambronero.

A menos de un mes, nos demuestra la nueva dirección del grupo que los miedos de algunos eran alarmados -sino decir infundados- y nos recuerda la importancia de que los ciudadanos estemos vigilantes de los medios de comunicación, para alzar la voz cuando veamos que realmente están perdiendo su norte.

Esta portada me recordó la época dorada de La Nación, cuando la edición dominical era una caja de (buenas) sorpresas.

Además de la calidad de la información de este domingo, la portada es otro ejemplo de que hay un interés de mostrar un diario remozado, atractivo visualmente. Un paso adelante hacia repensar la experiencia del diario impreso en una era digital.

La entrega especial de este domingo es una muestra, la primera de muchas, esperamos, del compromiso real de la nueva Junta Directiva por mantener y ojalá elevar el periodismo del diario.