☎ Teléfono: 91 954 27 62. De lunes a domingo de 10:00 horas a 21:00

🧔🏻👩🏼Presencial: Puedes acercarte, preferiblemente, con cita previa a C/ Ribera de curtidores, 2, Madrid. Viernes de 19:00 a 21:00.

¿Cuántas dosis son? 💉

Son dos dosis y deberán pasar seis meses entre una vacuna y otra.

¿Qué ocurre si tengo más de 45 años?

Puedes ponértela, pero deberás pagar la vacuna.

👉🏻 ¿Qué debo hacer para ponerme la vacuna del VPH?

☎️ Pide cita con la enfermera de tu centro de salud. Acude a la cita y pídele la vacuna del VPH por ser HSH y tener una vida sexual activa.

Si estás en alguna de estas falsas terapias o te las han propuesto, te decimos claramente que las abandones y que declines la invitación. Son altamente peligrosas para tu salud mental y física .

Pero ese modelo atenta contra ti, contra tu propio ser y tu propia esencia. No podemos dejar de ser quienes somos, solo porque no les agrade a los demás.

Ser LGTBI+ es querido y deseado por Dios, ya que Él no hace basura ni se equivocó con su creación. Esta presión tan enorme sobre las personas del colectivo hace que intenten cambiar y encajar en un modelo que agrade a todos los agentes antes mencionados.

Desde la Iglesia, la familia, los grupos de amigos o los espacios religiosos donde estudiamos, nos hacen sentir que ser LGTBI+ no está bien, que es un pecado o que va contra el deseo de Dios. Pero todo esto, está totalmente alejado de la realidad.

Dios no nos pide cambiar para encajar en un modelo creado por los hombres y su cultura. Dios nos pide que amemos y que seamos felices.

La orientación sexual y la identidad de género no son controlables, cambiables o reeducables. Tanto la orientación sexual como la identidad de género nos vienen dadas y es algo absolutamente normal. Nada es contrario al orden natural, ya que la diversidad es el orden natural.

La Iglesia aún no es un lugar seguro, de acogida y de amor para el colectivo LGTBI+.

Esto nos parece gravísimo por varios motivos:

En primer lugar, se crea un daño a la persona. A veces, ese daño a la persona perdura de por vida.

Como cristianos LGTBI+ esto nos toca de lleno. No podemos permanecer callados, ni mirar hacia otro lado. Debemos coger el toro por los cuernos y mirarlo directamente y de frente a los ojos.

vicarios de la Diócesis de Getafe, Archidiócesis de Madrid, la Diócesis de Alcalá de Henares, la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, la Archidiócesis de Valencia y el Obispado de Málaga. Todas ellas abanderan el proyecto “Transformando”.

Pero todo esto, esto totalmente alejado de la realidad. Ser LGTBI+ es querido y deseado por Dios, ya que Él no hace basura ni se equivocó con su creación. Esta presión tan enorme sobre las personas del colectivo hace que intenten cambiar y encajar en un modelo

Dios nos pide que amemos y que seamos felices.
Desde la Iglesia, la familia, los grupos de amigos o los sitios religiosos donde estudiamos, nos hacen sentir que ser LGTBI+ no está bien, que es un pecado o que va contra el deseo de Dios.

Tanto la orientación sexual como la identidad de género nos vienen dadas y es algo absolutamente normal. Nada es contrario al orden natural, ya que la diversidad es el orden natural. Dios no nos pide cambiar para encajar en un modelo creado por los hombres y su cultura.

Esto nos parece gravísimo por varios motivos:
En primer lugar, se crea un daño a la persona. A veces, ese daño a la persona perdura de por vida. La orientación sexual y la identidad de género no son controlables, cambiables o reeducables.

Como cristianos LGTBI+ esto nos pilla de lleno. No podemos permanecer callados, ni mirar hacia otro lado. Debemos coger el toro por los cuernos y mirarlo de frente a los ojos.
La Iglesia aún no es un lugar seguro, de acogida y de amor para el colectivo LGTBI+.