Así que antes de acusar de “anticultura” a quien pone un altar color crema, convendría recordar que el color no hace mexicana a una ofrenda. Lo hace la intención: el acto de recordar, de traer de vuelta, aunque sea por un día, a los que ya no están.

Lo que sí deberíamos evitar es confundir el gusto (influido por la cultura o personal) con la comprensión de la tradición. El altar es para recordar, no es un teatro. Y el recuerdo puede expresarse de muchas formas: con cempasúchil o con tela blanca, con papel picado o con nada.

El altar beige o æsthetic te parecerá raro si creciste entre explosiones de color, pero no todo lo “clean” es "gringo invasor capitalista malvado" ni todo lo colorido es “auténtico”.

México también genera tendencias propias, y la diversidad estética no borra ni contradice la raíz cultural.

Y eso no la hace falsa: las tradiciones cambian, se mezclan, se reinventan. Pero tampoco podemos fingir que todo México creció entre flores naranjas y calaveritas de azúcar.

Acá en el norte, Halloween coexiste con el día de muertos y tampoco está mal que así sea.

La versión “nacional” del Día de Muertos (con altares, flores, calaveras, etc.) se volvió masiva a partir de campañas institucionales, principalmente en las escuelas. Fue una construcción cultural unificadora, no una tradición propia de todos los rincones de México.

En muchos lugares del norte de México, la fecha pasaba (y pasa) casi desapercibida: se visitaba el panteón, se limpiaban las tumbas, y nada más.

No había cempasúchil, ni papel picado, ni altares como hoy se ven por todos lados. O casi… a las zonas rurales norteña el cempasúchil no llega aun.

No sé cuánto duraría entonces mi furor por Superman; pero hoy, en retrospectiva, parece haber durado una eternidad.

Una bonita eternidad.

Y creo que hoy, más de 40 años después, aún anda por ahí esa capa roja, ya rota y descolorida.

Porque la izquierda que transforma no es la que dice "estamos del lado del pueblo", sino la que deja un país donde incluso sus opositores, si regresan a gobernar, no pueden ignorar a sus gobernados.

No bastan los discursos. Se necesitan estructuras.
#Morena #México

Uno esperaría que un gobierno de izquierda construyera instituciones tan firmes que, incluso si llega la derecha, no puedan simplemente hacer lo que se les antoje.

Que tengan que gobernar para la gente, no para las élites.
#Morena #México

Un gobierno de izquierda que se niega a escuchar a su propia izquierda, no es más que una maquinaria electoral con discurso progresista.

Y eso, además de decepcionante, es profundamente peligroso porque puede comenzar a alentar el discurso populista de derecha.
#morena #México

Y qué bueno que la presidenta Sheinbaum defienda a los migrantes, pero sería bueno que la izquierda mexicana se pusiera a defender a los mexicanos que estamos aquí, especialmente a los más pobres, porque no creo que realmente les interesen, salvo cua do hay elecciones.
#Sheinbaum #Morena

Pero no estoy seguro que los mexicanos en EEUU necesiten que los defienda el gobierno de un país que los expulsó (porque no les dió oportunidades) y lo sigue haciendo con muchos más.

Cierto, México no es la basura que algunos quieren hacer creer, pero en algunas zonas sí lo es.

La mayoría de los migrantes se fueron expulsados por la pobreza. Otros, con estudios, pudieron quedarse, pero no vieron futuro.

Sí, se van a vivir allá una vida sin derechos plenos, pero con recursos y sin pobreza, algo que aquí no pudieron tener.

Algo que debe quedar claro es que EE.UU. va a hacer lo que quiera con su territorio y sus instituciones. Nos gusten o no, son de ellos.
Ya las arreglarán (lo harán ellos por ellos, no nosotros y jamás nosotros ni por nosotros).

Y no parece quedarle claro a muchos aquí en México.
#Morena #Sheinbaum

En vez de atender las causas que expulsan a la gente (instituciones rotas, corrupción, violencia)
prefieren pronunciar discursos desde el confort del poder.

Y a quienes exigimos rendición de cuentas, nos etiquetan de “neoliberales”.
#Izquierda #México #Morena

Las remesas son el salvavidas económico de millones. Por eso el gobierno se desvive por quienes se fueron expulsados de México.

Pero a millones que, a pesar de seguir aquí y siguen sin seguridad y sin oportunidades… se les sigue ignorando.