El capitalismo funcionó perfectamente bien y multiplicó empleos durante décadas con trabajo registrado, cargas sociales altas, francos fijos, estabilidad y jornadas de 8 horas. La reforma laboral no es "necesaria" para nadie: la impulsan los empresarios porque quieren ganar más.

Hace 50 años que los liberales ortodoxos aplican el mismo programa con apoyo de EEUU, siempre con el mismo resultado, en una espiral descendente que nos destruye como país. Mientras tanto, los sectores financieros y un puñado de empresarios acumulan ganancias fabulosas.