𝘂𝘀𝘀. Jajajaja

como por ejemplo averiguar donde está su semilla y lo más importante: 𝗰𝗼́𝗺𝗼.

La ha dejado demasiado tiempo desatendida, sería un mal 𝘱𝘢𝘥𝘳𝘦 ¿no es así?

— ...Esta primavera es demasiado calurosa, debería de enfriarla un poco —mencionó, casualmente, en voz alta.

El príncipe es paciente.
No necesita hacer 𝘯𝘢𝘥𝘢.
Ya sabe que puso de los nervios a Raphael, cosa curiosa.

¿Qué tan importante puede ser esa mestiza para él? Oh, no son tan diferentes...

Su curiosidad, tras su máscara queda a buen recaudo, utilizando su concentración en cosas más provechosas, +

mirada airada.

— 𝘖𝘩... —apenado, apoyó su mentón en la coronilla de ella— ¿Podrías decirle a nuestro invitado que cuide su temperatura aqui, por favor?

Ronroneó cerca de ella.
Pero no se alejó, no hizo gesto alguno, después de todo ella tampoco se lo pidió y guardó las formas.

Suficiente para él, fue ver esa +

— ¿Que puedo hacer por...vosotros? —deslizó una mano por los hombros de su “dueña” casi contento.

que íbamos a tener visita, de saberlo...habría preparado un banquete —susurró aquello en su oído en lo que abría una puerta arcana frente a ambos y la instaba a cruzar.

Justamente a pocos metros de Raphael y su...¿mascota? No estaba seguro de qué era esa otra mujer.

Pero no se separó de Robin. +

Los sentidos del señor del Invierno eran agudos. Nada ni nadie salía o entraba en su parte del Reino sin que él lo supiese, motivo por el cual pudo localizar antes a la pequeña cierva.

Sus ojos, fijos en la nada, se fijaron en Robin para rodear su cintura casualmente.

— Cariño, no me dijiste +

lado, podrìa hacer lo que quisiera en los mundos. En los planos.

— Eres joven y necia, 𝒎𝒊 𝒂𝒎𝒂, pero no sabes qué tan dulce y tentador me resulta eso —porque no habìa nada, que se comparase al poder que esa criaja sátira tenía dentro suya.

Eso él, lo sabía.
Del mismo modo que lo supo su madre.

Si doblegaba a la vida, si la dominaba y tenía a la muerte de su +

— Llévame contigo, nada me ata aquí ahora, realmente —pero si él es una bandera rojísima señora— Además...tu pequeña amiga y su amante pronto vendrán por mi cabeza, de todos modos

Él, ya había aceptado su final.

Alzaría sus manos.

— ¿Eso es...una orden? —se inclina hacia ella.

— No lo sé ¿puedo? —risueño parece— Qué poco tacto el tuyo cuando estoy en el luto de mi madre...

— Y tanto que las tienen... —mano se llevó al pecho— ¿𝘛𝘦𝘯𝘦𝘮𝘰𝘴? Tú y yo...querida, tú y yo...solo tenemos una relación de mutuo beneficio, por el momento: ilumíname en qué te hago falta yo

Primavera ha caído y ciendo decirlo, terrón de azufre...tú, no eres un pilar —cerró sus azules y profundos ojos.

Si era tan soberbio y arrogante, era porque a él su vida no le importaba.

Ya tenia planes venideros en marcha.

La sonrisa no perdió aún postrado frente a ella, mostrando su perfecta dentadura.

— Podría seguir toda una eternidad, aunque no parecen agradarte —entrecerró los ojos.

Por mas que cubriese sus espaldas: la cacería iba a por ella, igualmente.

Él, ya pagó con la vida de su madre.

— La +

trabajo.

Sabe de las locuras que es capaz un hombre enamorado.

que la primavera marchitó: la 𝖊𝖗𝖆 𝖔𝖘𝖈𝖚𝖗𝖆 del invierno, había llegado al feywild y en cuestión de quebrar a esa niña, a todos los planos.

Solo esperaba que con la energía de la vida ebullendo en ella, se adelantase el proceso...si no, bueno, le vsle con que respire, espera que Admyar haga un buen +