10) Yo me bajé en Los Leones para tomar la micro hacia Recoleta. Le conté que estaba nervioso por mi examen de grado. Me dio la mano y me dijo que me relajara. "No te preocupes. A ti te va a ir bien".

Gracias por todo, profe.

9) Al reconocernos, nos invitó a comer a las Lanzas. Pidió una cazuela y hablamos (o más bien él me enseñó) mucho de música clásica. Contó que le cargaba Beethoven. Lamentablemente no recuerdo qué le gustaba. Al final todos nos metimos en un taxi.

8) La única vez que interactué con él fuera de clase fue el 2003. Yo casi había terminado la Uni y me sentía perdido. Mi práctica en El Mercurio no había terminado bien y estaba buscando pega. En esos días, me junté con una amiga que también había sido su alumna y nos topamos con él en Plaza Ñuñoa.

7) Las sesiones de final del curso se centraron en la simbología y locura de El Bosco, y me volvieron a la cabeza la primera vez que vi sus pinturas en Madrid. Pero no todo era cultura europea, sino que también había mucho espacio para el Libro del Tao, la cultura mapuche y Violeta Parra.

6) Sus libros de crítica de cine tampoco me convencían mucho, la verdad. Pero gracias a él, desarrollé un amor por visitar catedrales, iglesias y otros lugares religiosos -aún recuerdo sus clases sobre Chartres, Reims, y Amiens.

5) Gastón Soublette hacía el mundo fascinante y extraño, a veces demasiado. Tenía historias que bordeaban las conspiraciones y que yo no compraba, como cuando nos dijo que el único personaje bueno en American Beauty era el dealer, en parte porque la película había sido financiada por la mafia.

4) La clase siguiente al 11-S de Estados Unidos decidió no enfocarse en el programa del curso, sino en vez dedicarnos por hora y media a compartir lo que sentíamos. Recuerdo que nos dijo que teníamos el privilegio de pensar el mundo, y que no lo olvidáramos.

3) Otra vez, una compañera invitó a su papá (senador de derecha, RN creo) a clase. Todas las pinturas que discutimos se centraron en la pobreza y desigualdad social. Todas.

2) Sus clases siempre se sentían especiales. Varios llegábamos temprano a la sala en el Campus Oriente, a ver si se sentaba al piano. A veces lo hacía. Una vez tocó "As time goes by" y al terminar, estuvo como 15 ó 20 minutos analizando la letra. "Qué terrible lo que dice esa canción", nos dijo.

Thanks Efe and Pablo!!

Still, I am very proud that we expressed perhaps clearer than before our thoughts, such as how fragile many campaigns have been, how versions of national identity produced rely on -and perpetuate- global and local inequalities, and how ordinary people (i.e. the nation) are often overlooked.

We started in 2020, thinking it would be a relatively easy task: a summary of the history of nation branding across the American continent(s). And yet, things got more complicated, partly due to a pandemic and the changing world.

Hi Pablo, I have asked them to do research about a brand doing AI and then critically discuss the outcomes of that research -we had some good discussions!