Se puso de pie de la cama, estirando sus brazos al instante y caminó hacia el chico de cresta despeinada.
Se puso de pie de la cama, estirando sus brazos al instante y caminó hacia el chico de cresta despeinada.
Ambas miradas completamente aguadas chocaron entre sí, reflejando lo perdidos y extasiados que estaban en el momento.
Ambas miradas completamente aguadas chocaron entre sí, reflejando lo perdidos y extasiados que estaban en el momento.
—Eres increíble… —susurró el ruso en el oído del contrario— me encantas…
—Eres increíble… —susurró el ruso en el oído del contrario— me encantas…