Trabajo militante y contacto directo como herramientas de lucha frente a los algoritmos interesados y a los "mass media"

¿La solución?

Planificación y desarrollo de una estrategia pública de energía donde primen las necesidades sociales del país, la protección del medioambiente y la biodiversidad y no el beneficio de las grandes corporaciones.

No hay compensaciones al entorno rural. No hay un compromiso social, ni ambiental, como tampoco hay una visión estratégica ni de política energética detrás. Sólo hay rentabilidad económica y búsqueda de dividendos.

De forma general, estos proyectos no aportan riqueza al territorio, más allá del “pelotazo” de algún terrateniente que vende al mejor postor sus tierras abandonando proyectos agrícolas productivos.

El mundo rural está siendo el gran campo de batalla con la instalación de megaproyectos fotovoltaicos en suelo agrícola y con un boom especulativo de macroplantas de biogás

Es necesaria una estrategia nacional que ponga el problema del desequilibrio territorial y la despoblación en primera línea y que se fundamente en políticas públicas de empleo, de acceso a la vivienda, los servicios, las infraestructuras, telecomunicaciones y cuidados.

Más de un tercio de las provincias españolas disponen de un 70% de sus núcleos de población con un número inferior a 1000 hab. Este es el caso de Soria, Zamora, Burgos, Ávila, Salamanca, Palencia, Segovia, Valladolid, Zaragoza, Teruel, Guadalajara, Cuenca, Huesca, León, etc...

Actualmente 8.100 municipios conforman el mapa del territorio español, de los cuales más de la mitad se encuentran en riesgo de extinción a medio o largo plazo por contar con menos de 1.000 habitantes.

El medio rural en España abarca el 90% del territorio, y en él reside tan sólo el 20% de la población española.
La densidad poblacional media en las zonas rurales es de 19,79 habitantes por kilómetro2 , mientras que la media del país se encuentra en 92 habitantes por kilómetro2