Menamorao, se llama Flor, pero no se puede tener en un piso. Son todo imposibles.

No nos hablamos.

Lo que yo decía.

– Ya había salido, reina.
–

No sé explicar lo mal que me siento, pero sí sé que una de las causas es que mi jefe, cada vez que se dispone a hacer cualquier comentario que se explica por sí solo, considera que debe reforzarlo haciendo referencia a un «lugar común», para que le entendamos, y siempre recurre al mismo:

Tenía ganas de escribir algo que no llevase debajo una de las peores cosas que nos han pasado como sociedad: el botón de me gusta, y esta buena gente, que podréis encontrar aquí y allí, me regaló la oportunidad de hacerlo junto a ellos.

Si os apetece leerlo: drive.google.com/drive/folder...

«No estés descalzo, Buli», me decían todo el rato. Porque sabían cosas.

Por la «Carretera cortada» de Philip Larkin. Mira qué sitio, Melindres.

El otro día me pasaron una cosa y allí estabas.

Cuando vengan te silbaré, como mi amigo Mac.

Este soy yo. Me han hecho varias resonancias para verme la cabeza por dentro a ver si encuentran explicaciones a cosas, pero dice la neuróloga que ahí no hay nada, aunque, sinceramente, yo ahí veo un culo. Lo cual a lo mejor no explica unas cosas, pero sí otras. ¿Lo veis? ¿Es el vuestro? ¿Os gusto?

Que en paz descanse.

Es gracioso porque cuando voy a contestar parece que mi avatar te va a tirar del pelo. O te va a poner así los deditos en el hombro, sin que te lo esperes.