Acabo de encontrar a un gato que corría por la montaña con una bolsa de plástico transparente en la cabeza como un astronauta. Estaba ya moribundo, no podía ni beber ni comer, apenas respiraba: el plástico entelado se inflaba y se desinflaba.
Acabo de encontrar a un gato que corría por la montaña con una bolsa de plástico transparente en la cabeza como un astronauta. Estaba ya moribundo, no podía ni beber ni comer, apenas respiraba: el plástico entelado se inflaba y se desinflaba.