Yo no doy 2Bach y no tengo una visión global de esto, pero en los grupos de profes de bio se ha formado un buen revuelo. Nadie se esperaba un examen así, ni alumnos ni profesores.

Por tanto, un papel pasivo o activo del alumnado, sin un pensamiento profundo orientado a la construcción de significado sobre los conceptos tratados en el aula, no generará aprendizaje. De hecho, aumentará la desigualdad entre quienes son capaces de construir significado por sí mismos y quienes no.

Además, creo que este esquema nos da una falsa sensacion de control, sobre todo, en la parte “I do”. Nosotros explicamos los contenidos y con eso ya se dan por enseñados y se puede pasar a lo siguiente. El currículo es extenso y hay una importante necesidad de avanzar rápido a través de él.

La pregunta es ¿por qué ocurre esto? Creo que la enseñanza por transmisión está profundamente arraigada en la práctica docente. Creemos que en la fase “I do” tenemos que transmitir el conocimiento que tenemos y que son los alumnos los que en la fase “we do” y “you do” no se esfuerzan lo suficiente.

No obstante, en muchas ocasiones no será hasta el “you do” (examen) cuando seamos conscientes de ello y, en este punto, ya no tenemos tanto margen de maniobra, sobre todo, si el planteamiento de los exámenes es de contenido no acumulativos.

Está claro que con este esquema de clases no podemos darnos cuenta de que el alumno no comprende algo hasta la fase “we do” (ejercicios). Sin embargo, en este momento aún tenemos opciones de volver a “I do” (explicación) y volver a intentar ayudar al alumnado a crear un significado compartido.

Comparto con @eferro.bsky.social que el esquema I do-we do-you do se entiende mejor en España como explicación-ejercicios-explicación-ejercicios-…-examen. Y, por el motivo que sea, este es el esquema más habitual en las aulas de nuestro país en la mayoría de las asignaturas.

En concreto este libro es “La evaluación formativa” de @juanfernandez.bsky.social y @mariana-morales.bsky.social. Además, en el capítulo sobre evaluación sumativa se plantean más ideas interesantes que merece la pena leer (al igual que el resto de ideas del sobre evaluación formativa).

Y para que todo esto se entienda mejor, aprovecho para rescatar una idea de uno de los libros que me has recomendado como lectura: “Esta evaluación por criterios (…) se puede completar con (…) pruebas externas estandarizadas. Cuando estás pruebas son coherentes con los desarrollos curriculares.”

Esta objetividad de la evaluación sumativa yo la entiendo desde el concepto de evaluación criterial.

No estoy de acuerdo en reducir la idea de pruebas estandarizadas bien diseñadas a su característica de objetividad. Sin embargo, volviendo a la idea de la evaluación sumativa, sí que estaremos de acuerdo en que, entre otros aspectos, no se debe caer en la subjetividad, dado su fin certificador.

No se ha hablado de “pruebas objetivas”, sino de pruebas bien diseñadas, las cuales estarían orientadas a la evaluación sumativa. Es innegable que ésta tiene que ocurrir en algún momento. Los profesores han asumido una tarea para la que no están formados ni tienen tiempo suficiente para hacerlo bien

Gracias por las recomendaciones, pero ya las había leído. Luego, si eso, también podemos rebajar el tono de los mensajes porque era algo de lo que muchos os quejabais en la otra red.

La alternativa es que cada docente diseñe sus propias pruebas de evaluación (situación actual). Si los docentes estuviéramos formados en ese área y tuviéramos el tiempo suficiente, quizás sería una solución. Sin embargo, vivimos en el "Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como".

Yo creo que los colegios españoles que ofertan Bachillerato Internacional pueden estar haciéndolo por razones de diferenciación con respecto a otros centros, aumentando así la demanda de alumnos en sus centros. No creo que la evaluación externa del BI influya en esa toma de decisiones, la verdad.