En fin, ¿quieres recuperar la cocina tradicional de tus abuelas? Pues lucha por tener unas condiciones laborales compatibles con poder elaborar esa comida. Porque si eso no cambia, aunque eches a todos los moros de España, sólo vas a poder comer sopa castellana el finde que libres y tengas tiempo.

Lo que va a acabar con la cocina tradicional es el capitalismo, la patronal, tu puto jefe.
Las jornadas laborales largas, los horarios de mierda. La productividad, echar horas extra. Tener que comer de tupper en la oficina. Tragarte un menú de bar en media hora y vuelta al tajo.

Pero el hecho de que tu pareja pase tantas horas fuera de casa como tú y no esté toda la mañana haciendo un potaje, como hacía tu abuela, no va a acabar con la cocina tradicional. Que la mujer ya no quiera vivir en un régimen de semiesclavitud siendo un rehén económico del marido no es el problema.

6. El auge de la demanda no residencial explica mejor lo que está pasando:

Pisos turísticos, segundas residencias, compras de inversores no residentes o especulativas, elevan los precios sin aumentar el número de vecinos.

Incluso menos habitantes y viviendas más caras.