Pabloni Motti.

No soy pretencioso pero estoy blessed.

Es un tuit tan ilustrativo del mood en el que vive cierta izquierda que acojona. ¿Cómo puedes pensar que la plaquita de una institución franquista que hacía vivienda está convenciendo a alguien* de algo?

*fuera de los grupos de whatsapp “titanes” y “servesitas”

Una pregunta redactada súperneutral, claro que sí. Lo que no entiendo es qué te lleva a desacreditar la opinión de alguien que ni conoces ni te importa, los algoritmos de tuiter quedaron atrás.

Ella ha estado meses trabajando en un disco que ayer expuso a la crítica pública inexperta, porque a la experta ya se lo anticipó en un evento privado, y si me hubiera invitado (o me pagaran una columna en El País por analizar) podría llegar a ver sentido a tu comentario. La verdad es que así no.

Y conste que me ha gustado mucho. Pero es como: dios, alemán, italiano, dios, inglés, evento privado de presentación, dios, catalán, dios otra vez.

No sabía que para expresar una opinión en redes sobre un disco había que tener determinado nivel de formación.

Luego nos tocará discutir si la artista que reinventó el flamenco con El mal querer, llenó estadios con Motomami y nos tuvo un año bailando Despechá puede permitírselo y mi respuesta será que sí. Y que hay canciones buenísimas. Pero Lux no se define por lo que es sino por todo lo que pretende ser.

A Mazón lo han llamado “asesino” algunas víctimas, pero no es un término que utilicen sus adversarios ni extendido en cualquier debate más o menos riguroso sobre su penosa gestión. Lo de Feijóo es para darle una vuelta seria.