Esa gráfica no lo cuenta todo porque hay mucho millennial que no alquila porque no puede, así que le he sumado los que viven con sus padres.

Este es el problema generacional: el 45% de los millennials vive de alquiler (27.3%) o con sus padres (17.8%) frente a solo un 22% de los Boomers+.

7/ Así pues, es mejor evitar experimentos que no servirían de mucho, más aún cuando su resultado es incierto.

6/ Así pues, la situación sería la misma: la mayoría de la investidura de Sánchez seguiría en manos de Junts, puesto que ninguno de los dos bloques alcanzaría los 176 diputados. ¿Y con la situación actual? Peor aún, puesto que no todo depende de la 'unidad'. Hay más factores.

5/ Pero, ¿y si no fuera así? En el 23J, las fuerzas a la izquierda del PSOE obtuvieron un total de 45 escaños, pero con esta unidad —y sin perder ningún voto— sólo se hubieran ganado cuatro más. Los perderían: PP (2), PSOE (1) y PNV (1). Por lo tanto, el bloque sólo ganaría dos.

4/ Sin embargo, a la hora de hacer estos experimentos en política, no siempre dos más dos son cuatro. De hecho, es más probable que sean cinco o, por el contrario, tres. Que provoque un efecto movilizador o lo contrario. Y, en este caso, yo creo que ocurriría lo segundo.

3/ ¿Y si la unidad de Rufián incluyese a toda la izquierda? Sería una unidad que iría más allá de lo simbólico, con una posibilidad real de ser multiplicadora, pero que supondría enterrar un hacha de guerra que permanece levantada desde hace años: ERC vs. Comuns...

2/ Pero no se tiene en cuenta la diferencia entre las elecciones al Parlamento Europeo y a las Cortes Generales: la escala —y el número— de las circunscripciones. No tiene sentido esa unidad, porque ERC no compite con EH Bildu, el BNG...

1/ Sobre la fórmula, Rufián no ha dado muchos detalles, pero hizo referencia a la experiencia de las elecciones al Parlamento Europeo: Ahora Repúblicas. Una fórmula con la que lograron superar a Sumar. Ahí está la clave.

8/ Ahora bien, la tarea del Gobierno, del PSOE y de la izquierda es descomunal: pasar de las palabras a los hechos.

7/ Para evitar esto, el PSOE necesita recuperar el pulso. Hay motivos para pensar que pueden lograrlo. Los votantes no se han ido en masa al PP, Vox o a SALF, se han ido a Sumar, a sus socios o a la indecisión. Es decir, hay margen para que vuelvan.

6/ Por si no fuera suficiente la división Sumar-Podemos, la distancia del PP sobre el PSOE, que supera los 6 puntos es dramática para los socialistas. Y, por otro lado, la fortaleza de Vox. El 23J se hablaba de disputar la tercera posición. Hoy, eso resulta imposible.

5/ Y, por otro lado, la izquierda. Antes del escándalo ya se encontraba en una situación dramática, con la derecha en los 180 escaños. Ahora sería aún peor: superaría los 200. ¿Por qué tan mal? Hay varios factores.

4/ Pero no sólo: mejora la valoración de Abascal, su preferencia como presidente del Gobierno... todo. Resulta poco creíble ver al líder del partido de la Gürtel despotricar con tantísima vehemencia sobre los escándalos de corrupción de su rival, sencillamente.

3/ ¿Y este error de cálculo? La corrupción tiene un efecto sistémico: no es del PSOE, tampoco es del PP. Es del sistema, y ahí gana Vox. Gana el "todos los políticos son iguales". Esto ha acelerado una tendencia: las transferencias de voto del PP a Vox, que se han disparado.

2/ La expectativa de los 10 millones de votos ha resultado del todo irreal. Igual que en el 23J, los populares han sufrido un exceso de confianza. No sólo no llegarían, sino que caerían de los 8 millones de votos. Y, con Vox cerca de los 70 escaños, no hay Gobierno en solitario.

1/ La magnitud del 'caso Cerdán' ha tenido un efecto que difiere con el esperado por muchos: un crecimiento del PP de Feijóo. Lo explicó @angeldelacruzc.bsky.social hace unos días: ¿quién sale ganando ante la refriega bipartidista a propósito de la corrupción? Vox.

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