Confiaba en que Mellize podía hacerlo, y al final el pelaje del cachorro ha quedado bien y sin enredos.

Lo que no esperaba era aquel beso en la mejilla. Lo pilló un poco por sorpresa.

"No es nada, de verdad."

"A veces uno no puede evitar sentirla."

Polvo de gemas. Dominick no le decepciona, teniendo cuidado con sus alumnos.

"Hace bien, es mejor probar esta clase de cosas, vaya a haber algún accidente o problema en clase."

Puso mano en su hombro para darle confianza.

"Por supuesto que no me das problemas. Es un placer ayudarte siempre que lo necesites."

Ugh, menuda respuesta. Pero es Dominick, después de todo.

"¿Hm? ¿De qué se trata?"

"Te acompañaré entonces. Te sentirás más tranquila si no vas sola."

Divus sonrió, y era una sonrisa sincera.

"Sí, me alegra que confíes en mí para pedirme ayuda."

> Los nudos pueden ser complicados... pero es cuestión de paciencia.

"Es un placer ayudarte. Me alegra que hayas acudido a mí, de hecho."

Mellize es alguien bastante dulce y bondadosa, por lo que no tiene dudas de que podrá cuidarlo bien. Solo tiene que aprender algunas cosas.

"Conozco uno bastante bueno, puedo darte el contacto. O acompañarte si lo necesitas." >

... Por qué es así. Aunque en realidad no debería sorprenderle.

"Si realmente coincidimos en la dirección no me importaría."

Pequeño kohai, dice. Hace ya mucho que dejó de ser un kohai. Ya es un maestro hecho y derecho.

"Le agradezco la información."

> "Podemos bañarle. Es importante darle de comer lo que necesite y que beba agua.

Puede que sea un proceso lento, pero poco a poco irá mejorando. Ah, también sería conveniente llevarle al veterinario para que lo examine."

Quizás esté en lo cierto.

Crewel la siguió hasta la habitación, y fue entonces que visualizó aquel cachorro algo descuidado.

Lo más seguro era que lo hubieran abandonado, porque Mellize no permitiría que estuviera así. De hecho, había venido a pedirle consejo. >

"Había venido a hacer unas compras, no esperaba coincidir con usted."

Mostró una educada sonrisa.

No pensó que su belleza fuera a afectar a la profesora. Espera que pueda perdonar sus acciones.

"No interrumpe, no pasa nada."

Se apresuró para posicionarse frente a ella, con cuidando retirando las manos de su rostro.

"No pasa nada, puede pasarle a cualquiera. Les he dejado haciendo ejercicios, así que puedes decirme lo que necesites. ¿Quieres que vayamos a mi despacho?"

Ah....

Divus no perdió la compostura, sino que mandó un par de ejercicios al alumnado antes de salir en su busca.

"Mellize, espera."