Es evidente que en una o pocas sesiones poco podemos generar en cuanto a cambios reales. Pero es curioso como si tocamos las teclas pertinentes, en poco tiempo podemos ser capaces de hacer cuestionar sus creencias más arraigadas.

Desde que llego al lugar hasta los primeros momentos de las sesiones. Es motivador ver al antes y el después.

Siempre me gusta observar las resistencias con las que los grupos de hombres suelen empezar este tipo de trabajo.

¡Gracias Miguel!