Al final la fruta podrida caerá. Y que duda cabe, de que habrá que mostrar que dañaba desde la raíz hasta la última hoja del árbol de la democracia.
Habrá que podar, que sanearlo de bichos, de falsos jardineros, de abonos envenenados, del agua estancada que lo alimentaba.
Al final la fruta podrida caerá. Y que duda cabe, de que habrá que mostrar que dañaba desde la raíz hasta la última hoja del árbol de la democracia.
Habrá que podar, que sanearlo de bichos, de falsos jardineros, de abonos envenenados, del agua estancada que lo alimentaba.