Los gritos de los niños se mezclan con el sonido de las explosiones, y hasta el gato está aterrorizado, en una escena que refleja la dura realidad de la vida bajo el genocidio.
Los gritos de los niños se mezclan con el sonido de las explosiones, y hasta el gato está aterrorizado, en una escena que refleja la dura realidad de la vida bajo el genocidio.