Se desata Salgado Banda con nuevos impuestos Congreso, cálculo político sin respeto a derechos Samantha Smith: la ciudad al mejor postor

Arte: Emilio Jiménez Sin deliberación, se acentúa la crisis panista Honestidad: ¿simulación o ceguera? Somos MX, alimentado por ex panistas

Alejandra Gutiérrez: la ruta de la ruptura Acueducto: la rebelión crece en el sur Hackers exhiben fragilidad del fiscal

Arte: Emilio Jiménez Fiscalía hackeada y fiscal en apuros Solís: contra protesta, guerra de lodo Tec León: abandono y represión

Poder Judicial: el relevo que enfrentará la reforma Acámbaro: no es desinformación, es oposición Violencia contra mujeres, distintos niveles

Arte: Emilio Jiménez Acueducto: más que explicar, comprometer Anticorrupción, la burocracia feliz Derechos Humanos, daño colateral 

Acueducto Solís incendia el sur  Congreso: ropa sucia a oscuras El trasvase del Verde al PAN Arte: Emilio Jiménez

Arte: Emilio Jiménez El “nuevo” PAN en Guanajuato Verde-Guinda desplaza a Verde-Azul Irapuato: ¿Y las patrullas…?

PAN Guanajuato: los factores del caos Froylán Salas: cese ¿e investigación?  Michel González: precampaña con incienso

Arte: Emilio Jiménez Privatizada la procuración de justicia  Bajo escrutinio el patrimonio de políticos, Seguritech, el fantasma en la máquina

ITESA: política antieducativa Saldos de una elección sin plan La tarjeta rosa: ensayo y error

Arte: Emilio Jiménez  PAN al espejo: entre la discordia y la agonía ¿Tenemos Fiscal o inspector del trabajo? La capital: batalla callejera y ausencia del estado

Censura y debilidad institucional  Batalla por el PAN en Irapuato  Espadas, fiesta y precampaña

Arte digital: Emilio Jiménez Federación - estado, cordialidad al alza   Alejandra Gutiérrez en horas difíciles Irapuato: licitación entre amigos

Libia García, la aplicación personal Desapariciones y estado omiso Espadas, el nuevo aprendiz de brujo

Arte: Emilio Jiménez. Libia: un año de recomposiciones Irapuato: las patrullas de la discordia Otras herencias de Diego Sinhue

Diego Sinhue: dinero público para caprichos Sapica: la vitrina del conflicto intestino del PAN  Municipios: en busca del recato perdido

CONCAMIN: auge y caída de Ismael Plascencia Ascencio Barba, ni empresario ni político ético Rosario Corona: control total de Nuevo Comienzo

Cristina Villaseñor frente al reto de CONCAMIN Mutismo empresarial, ¿pacto de complicidad? Derechos humanos se quedan en el discurso

Arte: Emilio Jiménez Se fue Zamarripa pero se quedó Seguritech Libia cumple promesa de transparencia Secretaría del campo: dieguismo en funciones

Libia Dennise: encubrir no es opción La pugna Márquez-Diego agrieta al PAN Fiscal Alatriste: vocación por el ridículo

Arte: Fabián Segura Libia empieza a tomar distancia del desastre  Fiscal Alatriste, más mediático que efectivo Miguel Márquez: cómo que la virgen le habla

DÍAS DE GUARDAR Domingo 6 de julio de 2025 Libia: cargas de profundidad El tema no es Diego, es Seguritech Xonotli: huachicol en el agroparque 

Arte: Fabián Segura La casa de Sinhue y la quiebra moral del PAN La casa de Sinhue y la herencia negra de Libia Seguritech, los dueños de Guanajuato

Doble discurso de Libia en derechos humanos Prodheg: Matrimonio igualitario “progresivo” Vázquez Alatriste echa mano de un exorcista Arte: Mark Vega 1.- Libia y Espadas: ¿policía buena y policía malo? El juego de la autonomía de la bancada panista en el Congreso del Estado ha sido utilizado para frenar el reconocimiento de derechos que desde la Constitución del país y la jurisprudencia de la corte ya no están sujetos a discusión, como lo son la no criminalización del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y el matrimonio de personas sin restricción de género.