Mi tesis se centra en estudiar los cambios en las marcas de histonas para detectar fallos que nos ayuden a predecir la evolución del cáncer de próstata…
¡e incluso encontrar posibles puntos débiles donde intervenir con nuevos tratamientos!

Este cáncer puede aparecer como un tumor muy agresivo o como algo indolente y localizado.
Por eso, necesitamos formas de predecir qué camino tomará la enfermedad en cada paciente. Ahí es donde entramos nosotros.

El cáncer de próstata es el tipo de cáncer más frecuente en hombres y la segunda causa de muerte por cáncer en varones.
Aun así, sigue siendo un gran desconocido a nivel molecular.

Estudiar estas marcas no es solo por curiosidad.
Nos ayudan a entender cómo se comporta un tumor, predecir su respuesta a tratamientos… o si puede volver tras la terapia.
Y en cáncer de próstata, esto es clave.

El resultado: las instrucciones empiezan a priorizar cosas como dividirse sin control, gastar muchos recursos, esquivar las defensas del cuerpo e incluso invadir nuevos sitios.
La célula ha pasado de cooperar a convertirse en una amenaza.

Algunas de las máquinas que deberían estar activas desaparecen, y otras que normalmente están tranquilas empiezan a ir a todo gas.
Esto cambia por completo cómo se lee el libro de instrucciones.

Ahora que ya somos expertos en epigenética, veamos qué pasa en el cáncer.
Pues bien, la maquinaria que pone y quita las marcas en las histonas se descontrola por completo.
Y eso tiene consecuencias muy serias… comienza el caos

Es como si sobre un mensaje pusiéramos varias capas de tul translúcido.
Cuantas más capas haya, más difícil es ver qué hay debajo.
La célula tiene que ir quitando capas para poder leer el mensaje completo.
En esto consiste la epigenética.

Entonces… ¿qué son esos marcapáginas de los que hablaba?
Son pequeñas “pestañas” químicas que se colocan sobre las histonas y hacen que el ovillo de ADN esté más o menos apretado. Así, la célula puede leer con más o menos facilidad sus instrucciones.

Sin embargo, el ADN no es un libro con páginas ordenadas, sino más bien un cordón muy largo.
Para mantenerlo organizado, la célula lo enrolla como un ovillo de lana en unas proteínas llamadas histonas, formando lo que se conoce como un collar de perlas.

Dentro de la epigenética, yo estudio unas pequeñas marcas que actúan como marcapáginas. Hacen que ciertas páginas se mantengan abiertas para que la célula pueda leer justo las partes que necesita.

Para que nos entendamos: la epigenética hace que las células lean solo algunas partes del libro de instrucciones. Así, utilizando el mismo libro, unas pueden hacer una mesa, otras una silla y otras una cómoda. Todas diferentes pero necesarias.

Pero… ¿cómo es posible que con un único libro nuestro cuerpo fabrique órganos tan distintos?
La clave está en cómo se leen nuestras instrucciones: eso es lo que llamamos epigenética.

Voy a hablaros de las instrucciones de todas nuestras células, el ADN. Básicamente es como una enciclopedia microscópica que tiene toda la información posible que pudieran necesitar: cómo dividirse, obtener energía, hablar con sus vecinas, etc.
Pero no todas las células leen igual este libro…

Yo soy Pablo Martín, tengo 24 años y trabajo en el laboratorio de epigenética del cáncer y nanomedicina del CINN y @iuopa.bsky.social , en Asturias.
Gracias a @contracancerinv.bsky.social puedo investigar el jueguecito del cáncer de próstata con sus instrucciones. Vamos a ver cómo funciona esto!