Efectivamente, ya decía yo que sonaba rara :)

Ojalá que sí cariñete😘

Mil gracias💜

Jo, no sabes lo que me alegra leer eso💜

Y el tema está en que esto no pasa ahora, desde que aparecieron los síntomas, no, siempre ha sido así. Son patrones que se llevan repitiendo toda mi vida y que ya no soporto más.
Las 3 de la mañana y sigo sin poder dormir, tras un par de horas de llorar y el cuerpo hecho mierda.

Chantaje y victimismo, unido luego a una buena dosis de gaslighting, hacerme sentir un cero a la izquierda y eludir un intento de conversación una y otra vez. Literalmente es como hablar con una pared y oír una cinta en bucle. Mi gran problema es tener la esperanza de que alguna vez reaccione.

Sé que va a ser complicado y doloroso. No sé cómo va a evolucionar el diagnóstico de mi madre, cosa que solo lo empeora todo. Pero necesito cuidarme. Necesito vivir. Simplemente voy a intentar hacerlo lo mejor que pueda y sobretodo tratarme bien, que no es poco.

Así que no parece que vaya a mejorar o cambiar. Solo me queda aprender a vivir con ello. Aprender a poner límites y a priorizarme. Que me afecte lo menos posible, y deshacer mogollón de dinámicas de mierda que había normalizado y que no qyiero seguir aceptando, por muy madre que sea.

El día a día es duro y lo seguirá siendo. Mi madre es una persona francamente cuadriculada y rígida, que no se responsabiliza de nada y que se siente víctima de la vida. Además está en negación ante la depresión y se niega a hacer nada, ni siquiera a ir a terapia o tomar medicación.

Me hago cargo de mis mierdas, pero no soy una persona difícil. No merezco sentirme inútil, ni insuficiente cada día de mi vida. Soy responsable de mis acciones y emociones, pero no de las de los demás. Merezco respeto y tengo derecho a vivir mi vida y tomar mis decisiones.

Eso ha significado bajar a mi madre del pedestal y empezar a verla diferente. Empezar a poner límites. Intentar priorizarme, sobretodo mi salud mental. Y obviamente está siendo durísimo porque su respuesta está siendo ataques diarios, con algunos momentos de "luna de miel" que ya no me creo.

Y al final reventé. Mi cuerpo y mi mente dijeron basta. Me dieron la baja. Empecé a hacer terapia y las cosas fueron saliendo a la luz. Me di cuenta de lo que llevaba detrás en todo este tiempo. Le puse nombre a todo lo que estaba pasando y empecé a trabajar en mí y en mi salud, ahí estamos.

Entonces empezaron los olvidos, los problemas con el habla y de más síntomas preocupantes. Un año y medio de peleas con ella y con los médicos. No saber si es depresión, si hay demencia o alzheimer asomando. Estar en alerta constante, muerta de miedo, hasta arriba de ansiedad.