✍ Un honor participar en el número 50 de 'Cuadernos de Periodistas', que edita la Asociación de la Prensa de Madrid, para analizar los cambios editoriales en @washingtonpost.com con la vuelta de Trump a la Casa Blanca.

🗞️Ahora, en papel, y a mediados de julio en web: www.apmadrid.es/comunicado/c...

Uno de los supermercados permaneció abierto todo el día. Había colas desde las 13.00 y se podía pagar con tarjeta en algunas cajas. Una farmacia cercana atendió con la luz natural que le entraba por la puerta. No funcionaba la TPV, así que tan solo aceptaban pago en efectivo.

Al pasar por un centro de salud, una de las enfermeras me contó -tras la verja de la entrada- que tenían orden de atender tan solo emergencias. A diferencia de los hospitales no contaban con generadores propios. Al lado del centro, el Summa 112, pudo trabajar con normalidad en un día extraordinario.

Una vecina y su hija pequeña estaban fuera de su bajo, con poca luz natural en el interior. Llevaban un buen rato con su viejo transistor. La madre había recorrido medio Madrid para regresar del trabajo y la pequeña contaba con emoción que había comido a oscuras en el colegio.

Me acerqué a barios bazares y ferreterías y en todos se agolpaban decenas de personas buscando una radio y linterna con pilas. Un vendedor de un pequeño establecimiento me dijo que había vendido unas 50 pequeñas linternas, que es lo que despacha casi en un año.

Este lunes por la tarde, en el el día del #apagón, las colas de gente esperando a subir a alguno de los autobuses en Legazpi (Madrid) eran impresionantes. También lo era el despliegue policial para coordinar este transporte público y el tráfico. La gasolinera no prestó servicio desde la caída.

La @ucmccinf.bsky.social acogió ayer la IX edición de 'Los nuevos caminos del periodismo'.

👨‍🎓 Un placer, como siempre, ayudar a las promesas del periodismo a despejar dudas o compartir consejos de cara a su salida al mercado de trabajo.

Podéis ver la charla aquí 👉 www.youtube.com/watch?app=de...

“No podemos vivir con el miedo a la lluvia y arriesgarnos a morir”, confiesa Antonio Molina, que llora de impotencia, mientras se abraza a su hijo Toni, de 32 años. “Si esto es cada vez más frecuente, ¿vamos a estar aquí hasta que nos liquide?”.

Foto: Santi Donaire.