fuera suyo.

Sutil, esbozó media sonrisa qué ocultó una vez Cain hizo por sentarse sobre sus piernas. Cabeza qué alzó, dándole encuentro a esos imposibles azules qué tantas veces había soñado con arrancarle. —
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Depends, is the photo for everyone to see or more of a private thing?

— Aún estaba entrando en calor, habiendo hecho un poco de cinta de correr y ahora preparándose para hacer piernas, cuándo captó su reflejo en el espejo.

Sacó el móvil, clicando la aplicación de la cámara y la apuntó hacia este.
Fue entonces cuándo le vio, entrando cómo si el sitio

tampoco la actitud qué había tomado desde el principio de la conversación. A decir verdad, Hyden no entendía absolutamente nada.

Y por ello, angustiado y molesto, dejó que sus pies le guiaran. Lejos, tan lejos cómo pudiera de aquella situación de mierda. ——

— El tacto helado de Cain le arrancó un siseo, evocando el recuerdo de aquélla primera pelea en los baños del restaurante. Por inercia, se zafó con brusquedad del agarre del brujo, pies que le alejaban de este a grandes zancadas.

No entendía cuál era el puto problema de Hellstrom, y

Le dió un empujón sin apenas esfuerzo, acorralandole después contra una de las máquinas mientras, a su oído, susurraba:—

Tú quieres que hoy sea tú último día, ¿o cómo va la cosa?

Me estaba refiriendo a ti.

— Suspiró, mirándole de reojo al notar el tacto de esa mano recorriendo su cintura. A Hyden le daba igual el resto, eran ganado y comida, o juguetes con los que entretenerse.

Aunque sabía que, para Cain, tener una audiencia siempre era divertido.

la fuerza que le caracterizaba. Sería débil ante la magia del brujo, pero cuando se trataba de fuerza, el demonio tenía las de ganar. —

— La familiar sensación le envolvió: Se había perdido algo o quizás Cain requería que leyera entre líneas. En cualquier caso, el caníbal no terminó de entender y quedó confuso mientras el rubio decidía hundir la mano en sus rizos.

Coló la mano en la chaqueta y le tendió uno. —

Sí, aquí.

— Le dedicó una mirada casi incrédula, mostrando sus caninos al sonreír alrededor del cigarro. 𝗘́𝗹. 𝗣𝗲𝗱𝗶𝗿 𝗮𝗹𝗴𝗼. 𝙔𝙖. Muy gracioso. Tuvo que contener una risa, dejando escapar el humo de entre sus labios. —

¿Entonces? ¿Por qué lo mencionas?

— Esperó, paciente, a qué Cain encendiera su cigarro y continuase la conversación; sólo entonces, sujeto la barbilla del brujo, inclinándose para prender el cigarro propio usando el del contrario.

Oscuros clavados en los azules al dar una calada profunda, apartándose. —

¿Y tú vas a ir?

— De golpe, apartó la vista de la luna en el cielo y la centró en su asaltante. Con una gruesa alzada, dejó caer la cabeza hacia un lado, y se inclinó; zurda que robó un cigarro del paquete y lo colocó entre sus labios.

Sólo entonces, volvió a dejarse caer contra la barandilla. —

𝙃𝙚𝙮.

mismo cansancio. Por alguna razón, el peso de Cain sobre su cuerpo le hizo suspirar y cerrar los ojos, dejando que la sensación de seguridad le envolviera por completo.

Guardó silencio un momento, perdido en sus pensamientos. —

… If you die, I call dibs on your body and soul.

𝘖𝘩, 𝘐 𝘬𝘯𝘰𝘸. So fucking persistent… Drove me insane the first few weeks, couldn’t stop day dreaming about killing you. 𝙄 𝙝𝙖𝙩𝙚𝙙 𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙜𝙪𝙩𝙨. I have never wanted to devour anyone as much as I have desired to eat you.

— Murmuró, despacio, su voz ronca tornándose ligeramente suave a causa del

expectante. Con paso certero acortó la distancia, tirando del brujo hasta tener la espalda contraria contra su pecho. Su brazo izquierdo rodeando el cuello del brujo en una especie de llave, cuando a su oído susurró, frío:—

You think you can 𝑔𝑒𝑡 𝑟𝑖𝑑 𝑜𝑓 𝑚𝑒 that easily, kitty cat? Not a chance.

índice y pulgar a la camisa del brujo; con el fantasma de ese tacto ahora siendo un hormigueo en su abdomen. —

Podríamos. A unas malas, siempre puedo cenar brujo.

— Chasqueó la lengua, sus ojos rodando al apartar la mirada con una sonrisa molesta.

Nunca lo admitiría, qué esa misma actitud era la causante de que casi todas sus paredes y defensas hubieran caído con el tiempo.

Fue tras él, la mano qué había en la espalda de Cain sujetándose con el corazón,

Tengo hambre. Y calor.

— Fue su respuesta, a pesar de ser tan sólo afirmaciones. Quería una ducha, y comer algo. Quizás comerse a alguien, si tenían suerte.

Apoyó su frente contra la ajena, sin apartar la mirada de esos azules en ningún momento. —

Me gustaría no estar sudado mucho más.

— Gruesa que levantó, probablemente lo más expresivo en su rostro, cuestionando las acciones del brujo. ¿A dónde se creía que iba?

Por inercia, apoyó la zurda en la baja espalda del rubio; dejando que se sujetase en él, sacudió la cabeza, divertido, por el «intento» de disimular. —

imperceptiblemente; contrario a sus oscuros, qué recorrían sin vergüenza alguna la figura del brujo. —

¿Te puedes levantar?