[11] Es un texto exiguo que no refleja todas y cada una de las implicaciones que la IA generativa, en particular, está teniendo sobre el ámbito social, laboral, cultural, educativo, sanitario y medioambiental. Quizá, más adelante, se convierta en un artículo de investigación y concienciación […]

[10] A falta de un espacio o un blog –está en construcción– para poder aportar más información que complemente y amplíe lo que expreso, este escrito solo plasma mi opinión en base a lecturas y estudios de investigadores/as, académicos/as y expertos/as en diversos campos que con su trabajo están […]

[9] ¿Realmente la automatización compensa que como ciudadanos nos sometamos «voluntariamente» a este abuso de poder, cedamos nuestros derechos y pongamos en grave riesgo la salubridad del planeta? ¿Vamos a mirar hacia otro lado como si no nos afectara o vamos a accionar para frenar este sinsentido?

[8] Mientras Silicon Valley juega a colonizar el planeta y la galaxia con su delirante ideología tescrealista, aniquilando todo atisbo de humanidad a su paso, las democracias se resquebrajan y la idea de una vida digna se convierte en la quimera del sueño norteamericano.

[7] Esta permisividad gubernamental y social a escala global solo puede entenderse desde el prisma de una enfermedad contagiosa. Una pandemia digital que comenzó con la inoculación del virus narcotizante de la IA que inhibe el instinto de supervivencia y activa una especie de síndrome de Estocolmo.

[6] Una tecnología que vulnera los derechos humanos no puede ser ética ni usarse de manera crítica, sin importar el noble propósito que se desee alcanzar. Estos sistemas no son inocuos ni neutrales porque modifican la percepción, los valores, las decisiones, las acciones y las normas establecidas.

[5] Sería un escándalo que el lobby tecnológico corrompiera la política internacional pactando –y comprando– legislaciones redactadas para favorecer sus intereses corporativos y geopolíticos. Sin embargo, está ocurriendo y a nadie parece importarle que el rumbo del mundo desemboque en el fascismo.

[4] La lucha contra el cambio climático habría continuado siendo una prioridad y no una promesa a futuro, a uno que ya no somos capaces de vislumbrar sin las nubes de la toxicidad medioambiental que causan estos servicios que consumen más recursos energéticos e hídricos que la suma de países […]

[3] Si seguimos con atención –y un poco de sentido común y pensamiento crítico– su guion, no es difícil augurar cada escena de esta ficción que protagonizan. Jamás la precariedad laboral fue un valor en alza antes del lanzamiento de los primeros modelos generativos, como tampoco la pérdida de […]

[2] Interpretar el rol del héroe les otorga ese dramatismo cinematográfico tan característico –y loado– de la ciencia ficción estadounidense. El problema es que, esta vez, los «villanos» somos el grueso de la humanidad a la que pretenden «salvar» con su tecnología extractivista.