— Hola a ti también, Tommy.

Su voz suena ligeramente divertida, así como lo es la sonrisa que curva sus comisuras labiales, o el brillo en sus ojos verdes, delatando que no la ha molestado, pero sí divertido.

— De lo que sea abarca demasiado, probablemente será mejor que me des algún detalle más.

— Gracias.

Agradece, con una pequeña sonrisa, tras recibir el folleto.

Sí. ¿Necesitas que haga algo por ti?

— Gracias. Es mi peinado favorito para hacerme.

Confiesa, con una de sus manos jugando con su propio cabello. La melena demasiado larga, pero es como le gustaba llevarla.

— Cuando quieras te hago unas.

Gracias. Cuando quieras te lo presto.

Sin problema.

— Su voz en apenas un susurro, mientras cierra la cortina. Como si pudiera intuir que la contraria no se encuentra en el mejor estado.

Tras ello, gira hacia ella. —

¿Te sientes bien?

La respuesta varia depende del periodo. ¿Solo en lo que llevamos de día, en la semana, durante el mes o desde siempre?

Si quieres puedes dármelo y yo lo cuelgo. ¿Lo has hecho tú?

—Claro.

Dicho aquello, no demoró en comenzar a exponer el resto para ella.

—Te hace ver adorable.

Comentó respecto al hoyuelo, dando su más sincera opinión en aquello, y dejando el material a un lado al escuchar su siguiente petición.

La observó durante unos segundos antes de responder. Sus ojos verdes brillando con empatía hacia la contraria antes de acceder.

»

Según los profesores, bastante bien. ¿Quieres que haga algo para ti?

Ni siquiera me di cuenta de que se había caído. Muchas gracias.

Están geniales. Han sido muy buena elección, Cain. ¿Cuánto te costó?